La vida te pide desafíos. Desafiarse es darse una oportunidad de crecimiento profundo. A veces uno no es capaz de darse cuenta lo mucho que puede, y se pone un límite demasiado estrecho.
En enero de este 2015 nosotras, Natalia Mumbru y quien les escribe, Laura Medinilla, volvimos a cruzar uno de esos límites participando como escultoras en la Copa Rusia en Perm Rusia, tallando un bloque de casi cuatro metros las dos solitas cinco días al exterior, en un clima extremo.
¿El reto? En principio representar a nuestro país allí en tierras tan lejanas hacer flamear la celeste y blanca, también la competencia con nosotras mismas, dos mujeres con poco a favor desde el lado de la fuerza física, pero la pasión por llegar a la meta .Terminar la obra hizo que surja esa fuerza espiritual propia de lo femenino que cuando tiene una propuesta clara arrasa con todo hasta llegar al objetivo.
Los objetivos pueden ser diversos pero lo importante es la meta a alcanzar, no perder el camino, con constancia, paciencia, fuerza interior y pasión por el cambio, por verse renovada, integra como mujer.
Un día rompimos ese límite imaginario y fuimos por más.
Figurella es también parte de uno de mis objetivos. El sentirme y verme plena en lo físico y también ayudando a mi flexibilidad en todos los sentidos. Lo importante perseverar en cumplir la meta respetando nuestros propios tiempos pero sabiendo que es posible.