Pensar que llevar una vida saludable exige mucho trabajo es realmente falso. Podés sumar algunos hábitos en tu vida cotidiana, muy simples y sencillos, que te van a ayudar a estar y sentirte mejor.
• Baño de sol. La luz de la mañana hace bien. Levantarte temprano sin duda alguna, favorecerá a tu reloj interno y con ello contribuirás a un funcionamiento adecuado del metabolismo. Por eso, podrás mejorar tu peso y equilibrarlo. Los primeros rayos de sol en la mañana son más fuertes y por esa razón te darán más energía y activarán instantáneamente tu metabolismo.
• El primer trago. Intentá comenzar el día con una mezcla de limón y agua tibia, esto te ayuda a eliminar toxinas del organismo, además de ser un diurético, fortalece y equilibra tu sistema digestivo. ¡Muy simple!
• Abundante agua. Podés calcular la cantidad o no, lo mejor, será que tomes un vaso de agua cada vez que puedas o te acuerdes (puede ser cada vez que te levantes de tu escritorio, o cada hora). ¡Un cuerpo hidratado funciona bien!
• Hacé ejercicios. La actividad física te hará sentir mejor, emocionalmente, libera tu estrés y te ayuda a subir el ánimo. La mañana es el momento perfecto para hacerlo y así mantenerte con vitalidad y energía durante todo el día.
• Desayuná bien. Ya les contamos en otra nota la importancia del desayuno, y aquí insistimos. Por más ocupada y apurada que estés, llevás muchas horas sin comer y no darle comida a tu cuerpo no tiene sentido. Por eso te aconsejamos que te tomes más tiempo para un desayuno que te dejará con toda la energía para comenzar el día. Incluí frutas, lácteos y una proteína.