En la vida diaria te podés encontrar con pequeñas situaciones que afectan tu estado de ánimo y eso inevitablemente, puede impactar en tus lazos: tu familia, amigos, compañeros de trabajo y por supuesto, tu pareja, quien suele ser un fusible para los estados más difíciles que transitamos. Es importante distinguir y ser consciente de estas situaciones para evitarlas, trabajarlas o pedir ayuda.
– La envidia: Muchas veces nos detenemos a ver en el otro eso que tanto deseamos. No dudes de tus capacidades, sólo tenés que explorarlas para conseguir lo que buscás. Aprovechá ese “detector” de deseos para buscar en vos.
– La “mala suerte”: no te escudes en esta idea, es un mantra de auto-boicot. Asumí tus responsabilidades frente a los éxitos y también, frente a los fracasos. El esfuerzo constante se convertirá en tu mejor aliado. Y cuando algo no sale, hay otra posibilidad u alternativa esperando.
– Los miedos: es muy natural en todos los seres humanos sentir miedo, el problema es aceptarlos porque eso te impide buscar una solución. ¡Identificá tus miedos! Muchas veces eso ayuda a superarlos, o al menos, a saber que nos acompañan.
– El perfeccionismo: La perfección no existe, no te empeñes en exigir y exigirte de forma exagerada y relajate un poco. Las obsesiones no ayudan y sobre todo, en las convivencias. Respirar hondo, pausar la cabeza y ver si lo que estamos por exigir, realmente vale la pena.
– Fríamente calculado: si sos de las que siempre piensa muy bien antes de actuar, no permitas que eso frene tu impulso creativo y emprendedor. Buscá un punto de equilibrio que favorezca tus ideas.
– El pesimismo: ¿Por qué ver el lado malo, cuando todo tiene un lado bueno? Si hay dos posibilidades, vos decidís con cuál quedarte. El vaso medio lleno siempre aliviana la mirada sobre las cosas y cambia la energía.
– Una autoestima baja: la autoestima es la clave psicológica de la felicidad. Evaluá cuánto te querés y te valorás. Esa medida también te va a ayudar a ver cuánto lo hacen los demás. Si sentís que sola no podés hacerlo, pedí ayuda!
– La intolerancia: Ante una situación de estrés con otra persona tenés que ser flexible y permitir que el otro piense o actúe totalmente distinto a vos.
– La falta de logros: Alcanzar una meta aumenta tu confianza y optimismo. Si sentís que no estás logrando nada de lo que buscás, ponete objetivos realizables y empezá poco a poco a darte cuenta que se puede.
– La incongruencia: Invertí más tiempo y atención en aquello que lo merece y es prioridad en tu vida.